El Mercado de San Miguel en Madrid es el lugar donde probar la verdadera gastronomía española sin tener que darte el trabajo de visitar varios restaurantes, esto sin mencionar el ambiente acogedor que tiene el mercado.
Qué hacer
Primero lo primero, es necesario dejar en claro que el Mercado de San Miguel no es un mercado de abastos como otros que encontrarás en la capital así que salir a hacer la compra de los viernes queda descartado.
Su función principal es la de un patio de comida gourmet donde podrás probar diferentes platos típicos de la gastronomía española así como ir de tapeo.
Otra de sus características es la libertad que tienes para consumir ahí mismo lo que compras y pasar un momento ameno con tus amigos o familia como si se tratara de otro bar o café madrileño.
Si es tu primera vez en la ciudad te recomiendo tomar este tour gratuito que incluye la visita al Mercado de San Miguel.
Puestos
Recorrer a fondo la cantidad de stands, puestos y carritos que hay en el mercado te podría tardar tranquilamente más de medio día pero para ponértela fácil aquí encontrarás un listado con los puestos más populares del Mercado San Miguel:
- Prrimital: Cortes de carnes y hamburguesas.
- Baolé: Baos (street food asiática).
- John Barrita Market: Panes rellenos.
- Quesoba: Quesos artesanales.
- Crab Crab Crab: Platos a base de cangrejo.
- Pinkleton & Wine: Vinos y champagnes.
- Daniel Sorlut: Ostras y caviar con carta de vinos y champagnes franceses.
- El Señor Martín: Pescadería gourmet.
- La Hora del Vermut: Vermuts, encurtidos y tapas.
- P.A.N.: Productos a base de harina de maíz.
- El 19 de San Miguel: Vinos
- Felixia: Frutería con platos de comida asíatica.
- Madrí: Un típico bar cervecería madrileño.
- Arzábal: Restaurant para ir de tapas.
- Carrasco Ibéricos: Jamón ibérico y otros derivados cárnicos.
- Paella by Rodrigo de la Calle: Arroces y paella.
- Ahumados Domínguez: Productos a base de salmón ahumado.
- Rocambolesc: Helados artesanales y naturales.
Historia
Los orígenes del Mercado de San Miguel se remontan a la iglesia Parroquial de San Miguel de los Octoes, de quien años después heredaría su nombre.
Sin embargo, volviendo al comienzo, esta iglesia sufrió en el año 1790 un fuerte incendio que terminó dañando su estructura.
Esto hizo que el Rey José I Bonaparte ordenara su demolición en 1809, convirtiéndose el terreno en una plaza pública que hacía las veces de mercado de abastos.
Los principales productos que llegaban a este mercado callejero era el pescado lo que afectaba el ornato del centro de la ciudad y traía problemas de insalubridad.
Posteriormente, en 1835 se realizó un proyecto para colocar portadas, las cuales atendían el problema visual pero no el de fondo.
No fue hasta 1911 cuando el arquitecto Alfonso Dubé y Díez la labor de diseñar el nuevo Mercado San Miguel, el mismo que fue inaugurado en 1916.
Como parte de su arquitectura se realizó una estructura de hierro fundido de manera similar a otros mercados de la época.
Sin embargo, el Mercado San Miguel es el único que ha llegado a nuestros tiempos mantenido esa estructura.
Para ese entonces el mercado sirvió como un mercado de abastos tradicional, como otros más de la Comunidad de Madrid.
Sin embargo, la modernidad afectó negativamente al mercado ya que el auge de los supermercados y centros comerciales de Madrid fue disminuyendo su cantidad de clientes.
Es recién a partir del año 2009 cuando el Mercado San Miguel cambia su concepto de mercado tradicional a patio gastronómico.
Este factor de diferenciación sumado a su ubicación privilegiada cerca de la Plazo Mayor ha hecho que, hoy en día, el Mercado San Miguel se una parada obligada tanto por turistas locales, nacionales e internacionales.
Información importante para tu visita
En esta sección encontrarás un resumen con la información más resaltante para incluir el mercado de San Miguel en tu itinerario.
Opiniones
Para finalizar quiero darte mi opinión honesta del Mercado San Miguel. Lo más destacable, en mi experiencia, ha sido la atmósfera y buena vibra que se siente al interior del mercado.
Resulta difícil de explicar pero diría que el hecho de poder elegir entre diferentes tipos de comida, comprarla y consumir en el lugar lo vuelve más acogedor que un mercado tradicional, más aún si vas con amigos o en pareja.
En lo que respecta a sus precios, no es el lugar más económico para comer en Madrid sino que tiene un precio justo y, por su ubicación en el Centro Histórico, no tiene nada que envidiar a los restaurantes tradicionales.
Como aspecto negativo está el hecho de no ser un mercado donde hacer tus compras de la semana pero eso no es problema ya que existen otros mercados y supermercados que suplen dicha función.
En resumidas cuentas, el Mercado de San Miguel es un lugar que vale la pena visitar en Madrid en cualquier momento del día.
